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El 7 de mayo y en el marco de la Semana de la Arquitectura en Barcelona (7 al 17 de mayo), se anunciaron las obras finalistas de la 62ª edición de los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo.

La Asociación ArquinFAD del Fomento de las Artes y del Diseño es la impulsora de los premios y los concede todos los años en el mes de junio. Estos van dirigidos a personas, entidades o instituciones que hayan presentado obras terminadas durante el año anterior en la Península Ibérica y las islas Baleares y Canarias.

Es uno de los galardones más longevos de Europa en este ámbito y uno de los más prestigiosos de la Península Ibérica.

Los siguientes grupos de obras diferentes son las susceptibles de ser premiados:

– Premios FAD Arquitectura e Interiorismo:
– Categoría arquitectura.
– Categoría interiorismo.
– Categoría ciudad y paisaje
– Categoría intervenciones efímeras.
– Premios FAD Internacionales.
– Premios FAD Pensamiento y Crítica.

Nos vamos a centrar en los premios de Arquitectura e Interiorismo, donde el jurado que ha valorado las obras ha estado formado por la arquitecta y directora de la Fundación Mies van der Rohe Anna Ramos, presidenta, conjuntamente de los vocales Atxu Amann, Cristina Bestraté, Tomás López Amat, Favid Morros y Marc Aureli Santos.

De todos los merecidos finalistas nos llaman la curiosidad Landaburu Borda (Bera/Navarra) de Jordi Hidalgo Tané y el edificio de viviendas para 4 amigos de Lussi+Partner AG y Lola Domenech.

Landaburu Borda se trata de un antiguo “baserri” construido con piedra que lo han respetado y vaciado para albergar la zona de noche.

Un edificio con una herencia muy valiosa que dialoga con la nueva construcción donde se sitúa la zona de día.

El nuevo volumen luminoso queda bajo un talud donde la vegetación es la total protagonista, quedando así en un segundo plano, sin invadir el espacio natural ni imponiéndose al antiguo caserío.

Estos dos volúmenes están unidos a través de un túnel de cristal transparente que forma un espacio de conexión invisible entre el pasado y el presente.

El nuevo volumen de estructura de hormigón juega con las entradas de luz, dotando al espacio de una luminosidad impresionante y de unas vistas al frondoso bosque de robles que protege la casa.

En la nueva construcción, capta nuestra atención el porche, un espacio de transición entre la zona de día y el inmenso verde que rodea esta arquitectura.

Un excelente diálogo entre lo viejo y lo nuevo, potenciando lo primero y respetando el entorno en el que la nueva edificación se sitúa.

El edificio de viviendas para 4 amigos se sitúa en un solar esquinero de 6 metros de ancho y 30 metros de largo en un pasaje del barrio del Poblenou.

Un edificio que mima el recorrido del usuario, desde el pasaje, el porche de entrada donde encontramos el patio comunitario, el acceso al edificio y el recorrido por la escalera donde una celosía cerámica nos acompaña y genera unas entradas de luz acogedoras.

Una sucesión de espacios que nos van introduciendo al espacio final que es la vivienda. 

Un edificio que rompe los esquemas y donde se priorizan los espacios de relación y de actividad de los vecinos, amigos.

Podemos ver como el patio de planta baja sirve de acceso al edificio y de espacio de relación y no como patio privado.

Las cinco viviendas disponen de dos terrazas, una hacia el patio interior y la otra hacia la fachada opuesta, creando dos de las tres fachadas del edificio.

Nos llama la atención el guiño a los porticones tradicionales de Barcelona, utilizando un sistema más moderno de porticones de madera correderos y plegables con lamas orientables.

Un sistema que permite tamizar la luz solar y mejorar el confort térmico de las viviendas y asimismo crear espacios diferentes según las épocas del año y las necesidades de los usuarios. Armonía perfecta entre diseño, confort y eficiencia energética.

Este gesto permite tener una fachada en constante movimiento creando un juego de vacíos y llenos.

Dos edificios que cuidan el recorrido de los usuarios, creando espacios de transición y mimándolo de luz natural.

Puntos claves en la arquitectura, que en Next siempre potenciamos en nuestros proyectos. Podéis visitar en la web el proyecto casa inglesa Egara donde el acceso a la vivienda se realiza a través de un patio que se genera derribando la cubierta y dejando vistas las vigas de madera.

Dotando así a la vivienda de un espacio de transición entre la calle y el interior.